jueves, 7 de noviembre de 2013

Retomando el blog: Leggins

Leggins, cómodos y actuales, pero pocas de verdad saben llevarlos.

Lo que quiero decir con esto se resume en una sola frase: 

¡Los leggins no son pantalones!

No se si es porque son más baratos o porque es más fácil encontrar unos leggins que te queden a tu cuerpo que unos pantalones, pero el resultado en la mayoría de los casos es ordinario. Sí, ordinario, vulgar.


Aquí se muestran tres ejemplos diferentes pero igualmente claros. En el primero se transparenta la etiqueta, el segundo está tan marcado que el vaivén del andar resulta algo más que obvio y el tercero, un combo, deja ver imperfecciones y clarea la piel y la ropa interior. 

Marcan tanto la forma del cuerpo que no dejan nada a la imaginación.

Si los quieres llevar ponte mejor algo largo y a ser posible holgado por arriba, sino asegúrate que sean de un material como el cuero, que no se claree, además de que te sienten bien.

Mi sugerencia personal: Deja que los leggins los usen como mallas las niñas de once años.